Ya sé que el título es malsonante pero es la única expresión que se me ocurre ante el enésimo dislate sobre el uso de la historia que el grupo de indocumentados invoca como argumento de autoridad. Ayer un tal Rufián candidato de ERC en televisión volvió sobre el asunto. El muchacho se las trae pues ya dijo que la Constitución del 78 fue «auspiciada y escrita por fascistas» en un claro ejemplo de ignorancia supina que debería estar en las antologías del disparate. Muchos salieron con razón a replicarle pero como la jodienda no tiene enmienda ayer le pidieron que rectificara y el chico, supongo que guiado por fervor patriótico e imbuido de un saber desconocido para el resto de mortales, dijo que no lo decía él que era la historia contemporánea. Y aquí es donde entro porque estoy hasta los huevos de los pseudohistoriadores que la utilizan para justificar su verborrea incontenible y su conocimiento de pandereta. ¿A qué a nadie se le ocurre hacer un diagnóstico médico o expender recetas tras ver un libro infantil de anatomía? ¿O hablar de química habiendo jugado sólo al «Quimicefa»? ¿O diseñar un edificio tras practicar con el Exin Castillos? (soy muy antiguo). Pues resulta que de Historia todos saben y hablan y, además, sirve para justificar de manera clara lo que ellos piensan. Conclusión: según estos iluminados el resto estamos equivocados porque no podemos ampararnos en la Historia que justifica dogmáticamente su razón. Citaré al gran Labordeta ¡A la mierda!. Además por su dogmatismo y fe se ve que leen historia todos los días, la trabajan., la asimilan y deben tener autores de cabecera… Ya dediqué el 12 de octubre un artículo a otra gran conocedora de la historia, la alcaldesa Ada Colau cuyo pontifical comentario sobre el genocidio americano estaba sustentado en historiadores. Y es que esta ya no tan rara especie prolifera y, desgraciadamente, es escuchada y seguro hay quien les cree.
Vuelvo a Rufian. Lo fastidioso del tema es que a su lado había un historiador, Xavier Doménech, que preguntado si estaba de acuerdo se hizo el loco y se fue a por Fraga explicando cuando fusilaron a Julián Grimau. Ya ni siquiera la izquierda, porque este es de Podemos en común o como se llamen ahora, reivindicó la figura de Jordi Solé Tura, con lo cual es delito es doble: tragó con lo dicho y cometió la inmoralidad intelectual de no decir cuantos de izquierda había en el redactado del 78. Porque Rufian demostró ser un ignorante pero el otro cometió una inmoralidad intelectual que reafirma a los ignorantes en su nulo conocimiento, no mintió pero dejó las cosas sin explicar.
Y Rufian llamar fascista a Solé Tura indica lo que eres, no sólo un ignorante histórico sino algo más. Lo dicho, hasta los huevos.
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