Junto a «Una noche en la ópera» «Sopa de Ganso» es quizás la mejor película de los Marx o, al menos, donde el surrealismo delirante de los hermanos llega al paroxismo. Impagable el personaje de Rufus T. Firefly presidente de Libertonia interpretada por Groucho así como los espías que trabajan para él y para Sylvania, el estado rival. Pero no se trata de hablar de la película aunque ha servido para recordar lo absurdas e hilarantes que resultan situaciones cuando sabemos que lo que tenemos delante es ficción y que contraria es nuestra reacción cuando la cosa es real y va en, digámoslo así, en serio.
Falta una semana para el 9N y la situación se me antoja tan dadaísta como «Sopa de Ganso». El representante del estado en Cataluña diciendo que hay que engañar al estado, el portavoz haciendo juegos de palabras donde dice que no hacen pero hacen algo que no hacen aunque lo parezca, y además, ¿qué hemos firmado nosotros?. Mientras un grupo de aguerridos voluntarios empapela con carteles amarillos llenos de frases que nos dicen lo que será el futuro estado. Especial atención al de las listas de espera o el de valorar el trabajo de los maestros, sólo por esto ya podríamos hablar de surrealismo, ahí están Boi y Rigaud para demostrarlo.
Voluntarios de una entidad privada que se ha de encargar de organizar la no pero sí consulta que no es porque es un proceso no consultivo pero participativo vinculante sin que lo sea. Entidad privada que tiene carta blanca y capacidad para que un gobierno electo funcione a su antojo. Gobierno que no organiza nada pero pide a los medios que hagan publicidad institucional y, es más, deje que se passen por las calles dando carnets de buenos y malos y marcando las tiendas afines.
Y luego está el jefe de la oposición que no se opone a nada y que depara momentos irrepetibles. Además de los lloros pidiendo la independencia nos regala hoy una entrevista en El País que no tiene desperdicio por lo contundente de las respuestas, eso sí, antología del absurdo y la chulería, amenaza con no pagar la deuda, ¡Viva el realismo! (al Bambi del otro día le han salido cuernos) Pero además es que este hombre es poco de fiar, tras suspenderse la primera consulta habló de declarar unilateralmente la independencia ¿pero no habíamos quedado que se consultaba? Ahora resulta que la respuesta ya estaba prevista.
Y no olvidemos a los de la desobediencia civil abriendo espitas que pueden deparar magníficos momentos de rebelión en el futuro Y a ver quién es el guapo que dice algo
Y enfrente los otros con ganas de prohibir hasta la prohibición…
Pero como dijo Shakespeare, algo huele a podrido en Dinamarca… ¿Y si todo fuera un truco? ¿Y si se hubieran puesto de acuerdo los unos con los otros, derecha al fin y al cabo? ¿Y si todo fuera una comedia de CiU y PP con unos convidados que hasta lloran de emoción por un proceso inviable? ¿Europa no ha dicho nada? ¿Y La Caixa? No sería la primera vez, tácticamente el enfrentamiento conviene a los dos. El problema es quién pagará el más que probable desacato. Mucho me temo que los patrocinadores de todo lo que está ocurriendo no y sí algún funcionario bienintencionado. Mártires dirá el movimiento. El problema es que un mártir no se recupera. Por eso es mártir.
Pero igual todo se trata de una película.