Siempre dije que el oficio de maestro era uno de los que no veía el final de su trabajo ¿Qué será de sus alumnos y alumnas? ¿Habrá servido lo que les expliqué? ¿Habré influido en ellos? ¿Para bien o para mal? Hoy, gracias a las redes esto se ha roto en parte y hoy tengo noticias de más de 400 con los que compartí horas y aulas.
Permítanme los lectores que me refiera a ellos personalmente.
He visto que muchos de vosotros hacéis referencia a lo que sucedió ayer en la Diada entrando de lleno en el tema estrella de los últimos tiempos. He visto declaraciones de orgullo de ser catalán o catalana, orgullo de ser español o española, deseos de ser libres, viabilidad o inviabilidad del proceso.
Quiero aportar algo, no desde la autoridad, sino desde aquello que os repetí y repito cada año que mientras estabais en clase veíais por mis ojos, que la historia que os contaba para vosotros era incontestable, y que soy persona con ideas y eso se refleja en la manera de hacer y explicar, pero sigo añadiendo que no mentiría, o lo que es peor, no explicar ocultando información. Para finalizar el comentario os decía que el círculo se completaría el día que dejarais la escuela y vierais por vuestros propios ojos y podríais pensar por vosotras mismos y que si erais personas crítica, justas, que trabajaran por un mundo mejor habría cumplido con lo que creo que es la labor del maestro que explica Historia.
Sabéis que no soy persona neutral, no creo en ello, lo cual, vuelvo a repetir no incluye ni la mentira ni la media verdad. Por lo que veis en Facebook sabéis perfectamente por donde me muevo de manera muy consciente porque creo en el humanismo y que la mejor manera de expresarlo es una frase de Rosa Luxemburgo, “socialismo o barbarie”. Y no quiero hablar de siglas, ni de personas, ni justificar políticas ni cosas similares. Las siglas, las personas y las políticas pasan, las ideas permanecen y la idea de una sociedad, justa, igualitaria que respete la diversidad y facilite el máximo desarrollo humano estará siempre ahí.
Últimamente todo se está precipitando lo que empezó como la huida hacia delante de un gobierno inoperante -he perdido la cuenta de cuantas veces me manifesté por los recortes sin recibir respuesta ni ser recibido- se ha convertido en un “derecho a decidir” que en realidad es la independencia de Catalunya sin tener claro, por ocultación, que significa eso realmente y que repercusiones tendrá. Lo que fue, y es, el recorte de derechos, el aumento de la pobreza, el descenso de la educación, el aumento de la mortalidad por una caída de la inversión en salud, la imposibilidad de planear un futuro como persona ha sido intercambiado por un tema esencialista e irracional. Y no porque piense que no se pueda ser independentista o no, cada uno puede ser lo que quiera, sólo faltaría, pero desde lo racional y la mirada del otro porque me parece que eso es lo que se ha perdido o no se busca y que se ha encendido una hoguera de manera artificial y no se está pensando de manera individual sino a través de los artistas de la destrucción que seguro tienen un objetivo que no pasa por el bien colectivo.
Me dan miedo muchas cosas en estos momentos. Me da miedo oír un político electo del Parlament decir que esos no son de nuestro bando. Si un parlamentario no sabe que representa a todo el pueblo de Catalunya al margen de las siglas que ostenta y encima utilizando lenguaje bélico…. No me dan miedo las movilizaciones pero si las uniformidades e indicaciones de lo que hay que hacer y donde hay que estar en clara metáfora de pensamiento único y uniformidad ideológica. Me da miedo ver a niños y niñas y a jóvenes que en absoluto, estoy convencido, pueden sopesar lo que significa todo esto salvo en un escenario puramente maniqueo, los buenos y los malos, los vi ayer y los vi en las manifestaciones de los obispos contra el aborto y el matrimonio homosexual. Me da miedo cuando oigo decir que la voluntad popular está por encima de la ley. Me da miedo una burguesía que juega con fuego y que siempre saldrá ganando y no correrá riesgo porque tiene los mismos intereses aquí, en Viena o en Madrid. Me da miedo la derecha cavernaria, que no es España, que estaría encantada de entrar con los tanques por la Diagonal. Me dan miedo los medios que jalean a unos y otros sin importar con que se está jugando. Me da miedo el lenguaje con las tripas que se está utilizando por los unos y los otros sin ápice de raciocinio en un ejercicio perverso de manipulación.
Y, por último, me da miedo el día después porque nadie será responsable de lo que pase, es más, nada se recordará y todo el mundo pasaba por allí sin saber que ocurría, y esto lo digo como historiador porque ejemplos los hay a miles.
Y acabo con una frase del gran historiador Erick Hobswamn que comparto totalmente y que encierra lo que os he querido decir:” el mundo necesita recuperar los valores de la ilustración, para afrontar el futuro. Aquellos que creen en el progreso humano, de toda la humanidad, a través de la razón, la educación y la acción colectiva.”