Al margen de la autoría de la frase, sirve para ilustrar lo que está sucediendo últimamente en España. Anda la derecha española totalmente eufórica y desatada, no sólo sus organizaciones políticas, sino todas las terminales que manejan, desde las institucionales hasta las comunicativas.
El momento es serio, grave, delicado, impredecible, pongan el calificativo que quieran pero una sola cosa les guía, pillar el poder. Europa se tambalea delante de una guerra donde el agresor sigue a pies juntillas la geopolítica rusa desde el siglo XVIII. Muertos a diario tapados por la crisis energética que se puede producir si Putin decide cerrar el grifo.
En Europa comienza a haber víctimas políticas (ni punto de comparación con las bombardeadas en mercados y escuelas) Italia ha sido la primera. Mario Draghi ha caído empujado por derecha y por izquierda ante el regocijo de un Putin que seguro ha marcado una muesca en la pared. Que Salvini y Berlusconi impulsen la candidatura de Fratelli d’Itàlia, un partido fascista encabezado por Giorgia Meloni, un remedo chillón de Mussolini, ya es lo suyo, pero que los que dicen ser la verdadera izquierda contribuyan a ello en un ejercicio de autodestrucción…
Y vamos con España. Cómo he dicho toda la batería ha apuntado hacia Pedro Sánchez. Da igual si las cifras, salvo la de la inflación (cosa del mundo entero aunque aquí se mire para otro lado) da igual las medidas de protección para los que peor lo pasan, da igual todo con tal de pillar el poder. Dispuestos a que el sátrapa ruso ponga otra muesca.
La prensa muestra sus vergüenzas y ahora sabemos que los que parecían de izquierdas no lo eran y estaban para torpedear la línea de flotación del progresismo, algo que, por otra parte, no es nada nuevo, antes se llamaban infiltrados, quinta columnistas o traidores a secas. Por cierto que poco se fijan las televisiones en que España y Portugal están pagando la electricidad muchos días por debajo de los 100 euros cuanto en Europa hasta quintuplican. Eso sí, economistas del apocalipsis todos los que se quieran. Incluso programas deportivos no se cortan en hacer comentarios políticos de extrema derecha en un ejercicio patético.
¿Y la verdadera izquierda? A sus cosas, divide que algo nos quedará, mejor cabeza de ratón que cola de león. Es más la operación de la Sexta en su día con Pablo Iglesias y Podemos… Blanco y en botella.
El PP sacando a ETA a pasear ayudado por una judicatura que, ni corta ni perezosa, y aprovechando que la desgraciada efemérides de M.A. Blanco reabre por demanda de una extraña asociación, el PP y VOX, el caso en busca de los autores intelectuales. De acuerdo, reabre todos los demás porque si aquí el comando recibió la orden y no actuó por libre, en los demás cientos de asesinatos de la banda criminal, también.
Noticia de última hora: ETA ya no existe.
Se va la Fiscal General del Estado por temas de salud, se propone un candidato y los fiscales conservadores propuestos por el PP votan en contra porque dudan de su imparcialidad realizando un informe lleno de inexactitudes cuando no falsedades. Esos mismos que ante la escandalera de la policía patriótica del gobierno de Rajoy no han dicho ni esta boca es mía.
Las encuestas. Las empresas haciendo cabalgar al PP hacia una mayoría absoluta. Un PP que habla de crisis permanente en el PSOE. Y esto lo dice su líder que todos sabemos como ha llegado ahí. Que por cierto, gentes de la verdadera izquierda, quiere abrir nucleares y térmicas además de decir que el cambio climático no mata. Vosotros seguid con el rollo pacifista que no es más que la misma postura de Chamberlain frente a Hitler en Munich. Pero ya se sabe que la pureza tiene estas cosas.
El debate sobre el estado de la nación puso a cada en su sitio. Pedro le habló al mundo, el PP al ombligo. La otra izquierda se descolocó porque no de unicornios y jardines encantados vive el ser humano sino de la praxis y la audacia (ya sabéis lo aficionado que soy a Danton, l’audace, toujours l’audace) Pero ya se sabe, esto va de votos y el voto muy a menudo depende de percepciones y en eso la derecha es maestra.