De influencers y falangistas

En el artículo anterior hice bandera de la inmensa mayoría de jóvenes que no hacen uso de la violencia para reivindicar y tirar adelante. Hoy me voy a referir a otros que bajo el paraguas de la juventud sirven como imagen ilustrativa de lo que en su día se bautizó como estupidez, y que Carlo Cipolla calificó de seres peligrosos porque no sólo es que hagan daño sino que se lo hacen así mismos, es decir, beneficio ninguno y para nadie.

Dos chicas jóvenes han llamado mi atención en los últimos días. En primer lugar la joven de camisa azul, brazo en alto y, parece ser, dificultades para mantener la boca en tensión, Y así, con la boca floja empezó a cargar contra los judíos honrando a la División Azul que se ve que ya no fue a la URSS a combatir el comunismo sino el judaísmo. Después rodeada de machos de presencia corpulenta agarrados a banderas pre constitucionales, algunos de mucha edad, se puso a entonar algo parecido al «Cara al sol», y es que ni las tradiciones se respetan.

Verborrea vacía, ignorancia, joven destilando odio a raudales. Un fracaso del sistema educativo, un fracaso a la hora de inculcar los valores de la humanidad y que día tras día son laminados por seres chabacanos elevados a la categoría de héroes que sin medir las consecuencias ponen en cuestión todo aquello que de positivo nos legaron y nos legan los que saben. Seres que encuentran amplificador como la otra joven a la que me referiré sentada en un sillón en TV3, esa cadena que se mueve entre «Fox» y «Libertad Digital» y que lamina sin piedad a todo el que no comparte el bien untado pensamiento oficial y que sin duda merece el nombre de «régimen» en el sentido en que los propios adláteres de la cadena lo utilizan sin ver la viga en el ojo propio.

Pues bien, sentada en su butaca alardeando de representar a la juventud, la «influencer» presentadora de programas juveniles de la cadena dijo algunas cosas que, por muy estúpidas que parezcan merecen ser analizadas. Gesticulando con ganas para subrayar sus afirmaciones dice que lo del vandalismo no es por que sí si no por la rabia de los jóvenes ante el mundo que les estamos dejando… Brillante, lo primero es que el vandalismo, ergo, la violencia se puede racionalizar y no por cualquier cosa sino porque aquí no hay nada que salvar y, guardianes de la esencias de la verdad eterna, no entienden que alguien no lo vea como ellos…Lo dicho, brillante. «Violencia justificadísima», dice. Un oxímoron a lo grande, lástima que la chica no sabe lo que es eso. Después la violencia constante del sistema, una especie de ente que pulula por ahí fastidiando la vida a la gente y entonces comienza a mezclar desahucios, hambre, miedo a andar por la calle, violencia de género, eso si, en España,… Conclusión, quememos un contendor y destrocemos terrazas, es un clarísimo vaso comunicante. Pero la cosa continúa y la conductora de programa ante la avalancha y que todo viene porque no se les escucha va y le dice si no hay medios pacíficos para reivindicar. Atentos a la respuesta, y sobre todo Gandhi, Kant, Hanna Arendent y las misses que piden la paz en el mundo, Galileos y Zambranos, pensadores y pensadoras, científicos y científicas, gentes todas que han hecho de este mundo algo mejor, enteraros de una vez de que va esto que ahí va la respuesta de la «influencer». Indignada ante la pregunta coloca los dedos hacia arriba y lanza algo que permanecerá en los anales de la historia, «Si con violencia no se nos escucha, cómo se nos va a escuchar sin ella» Chuparos esa Luther King, tú que creías que la violencia creaba más problemas que los que resolvía, madres de Plaza de Mayo, menudo surco andando en círculo, Rigoberta Menchú y todos los premios Nóbel de la paz habidos y por haber, mira que no haber caído en este razonamiento, canelos. Pero no termina y entonces explica sus raíces que no son otras que ser «hija del procés», acabáramos, tenía que salir, es TV3. Pero es interesante porque lleva diez años manifestándose pacíficamente dice, teniendo en cuenta que tiene 21 0 22 años resulta que a los once ya tenía conciencia política, por lo tanto ¿Cómo podemos dudar de la madurez de esta persona? Diez años ha hecho las cosas de manera pacífica y no ha pasado nada dice salvo la traición de los políticos catalanes y claro el malvado estado español que ya a los once años se le mostró como el malvado monstruo que es. Pero falta la traca final cuando le preguntan si cree que esto no hay quien lo pare respondiendo que espera que siga así porque si no no hay futuro y termina casi como «El manifiesto comunista»…No tenemos nada que perder… Le faltaba lo de los proletarios y las cadenas pero me temo que eso no entra, sobre todo lo de proletario… Y según su curriculum ha pasado por el bachillerato y la universidad. Lo mismo que la falangista que dice haber estudiado antropología y filosofía, en fin.

Vuelvo a reivindicar a los jóvenes que seguro tienen más problemas que estas dos juntas, que estudian, que tratan de labrarse un futuro que no es el que augura, espero, la influencer, que no destruyen nada hundiendo la vida de otros. Que no producen miedo sino esperanza, que buscan soluciones y no la dialéctica de los puños y las pistolas, esto le gustará a la chica falangista, es de José Antonio. pero seguro por lo visto también a la hija del «procés».

Creo en la educación y que el legado heredado es impresionante y merece ser conservado y transmitido pero algo hay en la forma de hacerlo que no somos capaces de eliminar lo que de barbarie tiene la especie humana. Terminaré citando a Marshall Rosenberg tratando de paliar, lo diré, el terror, que me producen estas actitudes estúpidas que sólo hacen daño y la duda de sí como integrante del sistema educativo que parte de culpa tengo también. Escribió el psicólogo pacifista de Ohio Toda violencia es el resultado de personas engañándose para creer que su dolor es provocado por otra gente, pensando por tanto que merecen ser castigadas

Violencia, último recurso del idiota.

Un comentario en “De influencers y falangistas

  1. Estoy de acuerdo con Luismi especialmente en defensa de la juventud como colectivo. Mi experiencia como profe fue la misma: hay de todo, claro, como hijos de la diversidad humana, pero la mayoría se agrupa en posiciones razonables y rechazan la violencia. Estan cabreados, sí, y más los que ahora andan por los 30 y que justo cuando acababan estudios y comenzaban a asomarse a la vida adulta les cogió la crisis del 2007 y han ido enlazando dificultades como han podido hasta hoy. Pero no creen que destrozar sea una solución, tienen una aguda conciencia de lo que les ha costado la moto que ahora les queman.

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