He asistido a la manifestación convocada en Barcelona en apoyo de las víctimas y condena del terrorismo tras el atentado del 17 de agosto. A diferencia de otras en que ocupé un lugar y allí me mantuve esta vez decidí darme una vuelta a ver que se veía. Esta es la crónica de este día 27.
La cosa no empezaba bien ya que el día anterior recibí un mensaje de forma indirecta de Jordi Sánchez, el muy bien pagado presidente «manu militari» de la ANC (porque perdió las elecciones y fue impuesto como máximo dirigente) que decía que había que acudir con esteladas y crespones por la presencia del jefe del estado. Repito, mal comienzo, cuando el jefe pretoriano ordena introducir la bandera en un acto en el que, por su carácter, sobra.
Sin embargo fui y esto es lo que vi.
- ¿500000? Esa es la cantidad que ha salido. Soy muy malo contando manifestantes, sobre todo desde que si no reúnes un millón eres un fracasado. Pero pensando que sería multitudinaria salí pronto. Cogí el metro a las 16 30 y a las 17 estaba en Paseo de Gracia con Consell de Cent sin agobios, sin apreturas. Recuerdo la manifestación de la guerra donde 750000 personas llenaban el paseo, Rambla Catalunya y convergían en Gran vía. No me pude mover del sitio en el que estaba durante dos horas. Hoy he bajado por el lateral y a los 10 minutos estaba en Cataluña y después en Ramblas… ¿500000? alguien ha querido repetir el éxito de la manifestación contra la guerra y la ha pifiado.
- ¿Cuántas manifestaciones había? Resulta que fui a lo que yo creía marcha silenciosa de recuerdo a las víctimas y condena del terrorismo pero no. Hasta que encontré la mía resulta que había otras. A- La de las esteladas y la mujer de la amígdala: Resulta que el jefe pretoriano fue obedecido y unos cuantos (ya digo que no soy capaz de calcular) blandías sus banderas y abucheaban al rey cuando aparecía en pantalla y gritando «No tinc por» (no tengo miedo) el lema escogido contra el terrorismo pero lanzado contra el monarca,… o eso me pareció. Debo ser un malpensado. Me llamó la atención el hecho de lo bien colocados que estaban entre Caspe y Plaza Cataluña a tiro de piedra de las autoridades, casualidad también, si es que soy un malpensado. Pues bien, este grupo se dedicó a silbar e increpar al rey pero me llamó la atención una señora cuya agilidad para dar saltos dada su edad me sorprendió así como los chillidos contra el monarca que supongo darían con la amígdala de la señora en el cogote real…. Si se me permite, y si no me da igual, de puta pena. Resulta que es más importante el pequeño mundo indepe que la tragedia sucedida. Muy bien Jordi Sánchez y compañía, estaréis orgullosos de esta acción, creí estar en una manifestación contra el fanatismo y resulta que… en fin, sin comentarios. B- La de las armas. Esa no era la mía pero resulta que me vi envuelta en otra en la que se acusaba de tráfico de armas al rey, a España y a todo el mundo que no comulga con sus ideas. Eran carteles variopintos sobre tráfico, financiación de Isis y no sé cuantas cosas más. En primer lugar decir que no tengo idea del asunto y personalizar no me atrevo porque no sé. Pero en una manifestación convocada por los asesinatos del 17 no sé que pinta esto, básicamente porque resulta que desde hace un tiempo los terroristas no utilizan armas sofisticadas de fabricación conocida sino furgonetas, camiones y cuchillos y hachas de ferretería y cuando se ponen a manipular explosivos, gracias a quien sea, la cagan. Así que de verdad y perdonad mi ignorancia pero ¿es que el Pisuerga pasaba por el Paseo de Gracia? Y recomiendo a estos que miren las relaciones del Barça, de Guardiola o de la oficina de la Generalitat en Dubai y aprovecho también para explicar que los Mossos están en la oficina de Europol y afirmar de manera cartesiana que lo de equivocarse en Alcanar fue una pifia al margen del resto de acciones. Una pifia tan clara como «cogito ergo sum» (Pienso luego existo) Así que sinceramente me costó encontrar lo que yo creía que era el motivo de la convocatoria pero antes sucedieron algunas cosas.
- El tonto Siempre hay uno y a este me lo encontré a la altura de Gran Vía en el momento en que el rey volvía aparecer en pantalla escuché a mi espalda «Mori el Borbó» (Muera el Borbón) Pasó por mi lado y vi que era un chaval de unos 16 o 17 años. Vino a mi memoria aquella escena de «Belle époque» en que Gabino Diego grita «mueran los curas» y el sacerdote encarnado por Agustín González le dice «A que te meto dos ostias». Pero nada hice y el muchacho siguió adelante todo ufano deseando la muerte en medio de una manifestación que se suponía de rechazo a la violencia por 15 personas que perdieron la vida. Un crak el chico.
- El del cartel. Sucedió que el cordón que separaba a los de las esteladas y carteles contra las armas se rompió y unos cuantos se colaron en el grupo de dirigentes y uno llegó muy cerca de Felipe blandiendo un cartel en el que le acusaba directamente de tráfico de armas. Resulta que es un diputado de ERC, un tipo valiente que puede hacer esto en el estado opresor y sin derechos en el que dice vivir. Lo que no tengo tan claro es si lo haría delante de uno de esos talibanes que andan por ahí, a lo mejor es un tío echado para adelante y si lo hace, pero me parece que hoy ha sido muy fácil.
- Por fin. Finalmente entre gritos y banderas… Por cierto había alguna española, que también sobraba pero como dijo una chica convenientemente enrollada en una estelada «Esteladas 20, españolas 1, ganamos»… Pues bien, había muchas personas silenciosas con flores o carteles con el lema y que sin ser premeditado nos dirigimos hacia las Ramblas. Estaban en silencio en contraste con la algarabía política o algo así de la plaza Cataluña. Sólo los aplausos a bomberos, sanitarios y los que actuaron rompía la solemnidad y el respeto. Los memoriales de flores rodeados de personas anónimas, unos miraban, muchos lloraban, y finalmente un «Visca Barcelona» a la que de nuevo sucedió el silencio. Y eran muchos los que había allí, indepes o no, de derechas y de izquierdas, extranjeros y autóctonos homenajeando al fin a los que el terror segó la vida, con respeto y apartando las miserias que a pocos metros estaban tomando cuerpo a pesar de que el President Puigdemont haya dicho que hay que quitarle importancia o la libertad de expresión enarbolada por Pablo de Podemos que la confunde con la estupidez. A diferencia de otras veces en que la ciudadanía en su totalidad sabía a lo que iba y lo que debía hacer (no recuerdo una sola bandera en las «manis» contra la guerra y sí un grito unánime) esta vez se ha ido a «que hay de lo mío» y que han boicoteado de manera miserable el espíritu de la convocatoria salvada por cientos, miles, espero, que si supieron estar homenajeando a las victimas y gritando de manera silenciosa al terrorismo que no va ganar y que no tiene cabida en este mundo