Se ve que no les cae bien Pedro Sánchez. Se ve que no basta con montar el sainete del 1 de octubre forzando la dimisión del Secretario general del PSOE de manera caótica, chapucera además de alevosa. Ese hombre debe callar y asumir su asesinato con dignidad. No deja de resultar curioso. Sesión tras sesión del comité federal asentían y no chistaban, papel muy digno el suyo, ningún reproche, ninguna discrepancia, aunque parece ser que no estaban en nada de acuerdo y ni siquiera el principal órgano de decisión del partido parecía lugar digno para expresarlo… Pero un micro en la calle, ese sí era lugar para ambigüedades y reproches, muy digno. Y llega el día de autos, se masacra al Secretario General y se le exige cadavérica dignidad cuando le ponen un micro delante tras abandonar su escaño para no votar anunciando su intención de concurrir a las primarias… ¡¿Cómo se le ocurre?! ¡Y encima hablar claro! No hombre no, lo digno es callarse y morderse la lengua por el bien del partido… Pero la pregunta es ¿puede la gente que urdió el complot exigir silencio y que Pedro se retire? Vamos a ver quienes han hablado… Sorpresa, el cinturón de hierro que rodea a Susana Díaz, más papista que el Papa, todos conversos, garantía de fidelidad fanática. Llaman la atención las palabras de uno de ellos por la dureza de los últimos días, Francisco Javier Lambán, presidente de la comunidad de Aragón gracias a Podemos, CHA e IU, pero esto no se puede decir. No entro ni salgo en su labor de gobierno, me dicen algunos de sus paisanos que buena. Simplemente me fijo en ese rencor que parece tener a Pedro Sánchez y respeto reverencial al funcionamiento interno del partido, ahora que lo controlan ellos, antes se ve que no era necesario, exigiendo que los diputados del «no» entreguen su acta. Dice el barón aragonés que supongo afirmará que como todos los de su tierra habla sin dobleces (a él le está permitido a Pedro Sánchez no y puestos a todo, supongo que a cualquiera que no comparta la ahora sí sacrosanta decisión del Comité Federal) «Apelo a su dignidad para que no se insulte a sí mismo con entrevistas como la de ayer». Hombre, puedo estar de acuerdo con cosas que dijo Pedro en la entrevista en la Sexta, pero de eso de insultarse a sí mismo. Todos hemos leído El País y visto y entendido la campaña iniciada y pedir que Susana se presente a primarias si quiere dirigir el partido parece lo más normal y estatutario. Claro que para alguien que también ha dicho que la militancia no debe tomar decisiones supongo que el método para que la andaluza sea secretaria General pasa por la aclamación popular. Y luego va y dice que Pedro ha de callar para poder reconstruir el partido… ¿Y quién lo ha roto?
No sé si Pedro es la solución, ni siquiera sé si vuelve a la Secretaría General el partido iniciará la senda del siglo XXI. Todo está por ver. Pero lo que sí he visto es el partido piramidal, de dirigentes que deciden más allá de estatutos o votaciones de la militancia lo que dicen conviene al partido, lo que no está tan claro es en qué beneficia a los votantes y al socialismo. Decir que ellos son la solución y que van a coser el partido suena al lampedusiano «cambiarlo todo para que nada cambie». ¿Puede sobrevivir una organización política que se pensó para transformar la sociedad ahora transmutada en modus vivendi de una burocracia jerarquizada convertida en aristocracia?
Mucho me temo que los barones no cosen, meten el dedo en el agujero de la sábana y lo agrandan mientras tenga un trozo para taparse.
Pingback: Es la ética, idiota – Oussama Saadoune