«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura», así comienza «Historia de dos ciudades» de Dickens. Hoy la situación catalana merece la mitad de ese gran comienzo: «Era el peor de los tiempos, y también de la locura». Porque eso es lo que parece haberse apoderado de las instituciones catalanas. Los hechos se precipitan y el final parece previsible incluso da la sensación que los protagonistas lo buscan con ahínco. Cada paso acerca más al abismo, ni un sólo intento de acercamiento, de escuchar al otro, única fórmula para alcanzar el equilibrio. No hay más camino, más alternativa, ya sólo se puede esperar el martirio como santificación histórica de lo que no es otra cosa que un golpe de estado y que terminará, si alguien no lo remedia, despertando por las bravas del estado de enajenación en el que se ha caído, con la suspensión de la autonomía. ¿A quién se le ocurrió darle el cargo de Presidenta del Parlament, segunda autoridad de Cataluña, a una sectaria que decide quién es catalán y quién no y que habla de enemigos y de enfrentarse a ellos? Qué dice que no es persona de partido, lástima de su militancia en ERC además de haber sido regidora por esa formación. Patética su entrevista en la Cadena Ser diciendo que haría todo el «esfuerzo del mundo para presidir para todos», si analizamos la frase significa que le cuesta, que eso de dirigir las intervenciones y ser ecuánime no va con ella, y es que el patriotismo puede mucho y así lo afirmó, haría mucho esfuerzo pero la realidad del Parlament «es que hay una mayoría independentista» ¿Qué significa eso? ¿Qué el resto no representa a nadie? ¿Aunque sea a los «malos» catalanes? Y ya en el paroxismo decir que eso del 3% es antiguo y no entorpecerá el proceso. Claro, da igual, eso ya se sabía y, por lo tanto, no añade nada,… Delirante lo de los de «Si que es pot» votando unos una cosa y otros otra, claro que viendo a su alcaldesa de cabecera defendiendo con entusiasmo a Mas en la plaza Sant Jaume… Una auténtica locura. Después la entrega en el Parlament para su tramitación de la declaración de inicio de la creación del estado catalán, oficiando de padrinos Raul Romeva, el izquierdista que ampara a CiU y que ve bombarderos en el cielo, Junqueres, que afirma que sólo Mas puede ser president y hace una curiosa cuenta para decir que se ha ganado en votos, paranoia esquizoide o es que en el nuevo estado 48 es más que 52, y Baños, el jefe de la CUP que parece haberse apoderado de la voluntad de todos caminando hacia un Kosovo salpicado de autogestión yugoslava, ejemplo de como se han de hacer las cosas… ¿Es o no locura? Y todo ello acompañado de anuncios de desacato al Constitucional y al Estado en general, lo dicho, un golpe de estado. Se comienza diciendo que no hay porqué obedecer leyes injustas (injustas porque alguien lo decide) y se acaba pensando que el estado de derecho es para el tonto que lo acepta.
La efusiones patrióticas han dado paso a un último acto que culminará con una votación que de producirse sin duda enaltecerá el espíritu nacional y hasta puede que se canten «els Segadors», no hay nada como una buena liturgia pero, al mismo tiempo, me temo que más de uno ha empezado a ver que pasear por el borde del abismo es, cuando menos peligroso, pero se ve que a los que mandan les da igual, bendita locura. Mientras tanto allá en el otro mundo, ese que ya se conoce según dice la flamante presidenta y no entorpecerá el proceso, los tesoreros de CiU son detenidos, toda la familia Pujol imputada, la esperanza de vida ha descendido, la democracia a punto de desaparecer, los medios cautivos, a pesar de lo que diga el President en funciones, a la cola de Europa en transparencia. Pero nada importa con Mas o sin Mas, con govern o sin govern, allá van y nos arrastran a todos en una fractura difícilmente reparable… Y acabo con una frase de Shrek: «Debo mantenerme sereno para no caer en la locura… Demasiado tarde»… Pues eso, demasiado tarde.
Pingback: Gracias Cecilia | Ni tantito así