Razón y pesimismo

20150907_011316El pesimismo es cosa de la razón y el optimismo de la voluntad, decía Antonio Gramsci. Y esta vez voy a escribir sobre sensaciones, personales, que pueden ser fruto de un momento, quizás cambiantes en un futuro, pero ahora mismo no puedo sino ser pesimista. Una sensación que quisiera explicar que no transmitir y mucho menos inocular en los lectores. Todo lo que oigo y veo me resulta absurdo, un gran engaño, una catarata de despropósitos que no tiene fin. Un infinito alud de majaderías que nos señalan como auténticos idiotas, gente crédula incapaz de reaccionar camino de un abismo del que ni siquiera se sabe lo que hay en el fondo. La razón es fundamental, la crítica es fundamental, el poder elegir sin presión es fundamental… Todo eso en el año 2015 parece haber desaparecido o, al menos, haberse aparcado. La historia se falsea, los líderes agitadores de fantoches florecen sin cesar, se miente sin pudor, el puro interés económico se disfraza del más obsoleto y visceral patriotismo. Da igual ser corrupto, la deidad superior en forma de patria todo lo puede, incluso lavar el pecado como en el bautismo. Gente que se ofende cuando comparas la situación con los años 30, los mismos que modifican la historia a su antojo. No os preocupéis, nadie os compara con los nazis, es la impunidad con la que utilizáis, mentís repetidamente y manipuláis lo que se asemeja a los años 30, a la época en que el fin justificaba los medios y la ley era vulnerada cuando no cambiada para satisfacer las apetencias de unos iluminados. Miles de refugiados a las puertas de Europa huyendo los unos de la miseria y los otros de una guerra. Y la UE incapaz, como nos tiene acostumbrados de poner de acuerdo a 27 miembros aunque Alemania y Austria parecen querer lavar su historia, algo es algo. Y por el lado contrario los buenistas demagogos que abren los brazos. Estupendo si hubiera un «cómo» y un «dónde» pero me temo que no lo hay, pero que bien me quedan las declaraciones. Perdonadme pero es de un cinismo escalofriante. Y mientras tanto Siria agoniza, África agoniza… y lo peor seguro está por llegar porque nada está escrito, no se impone la bondad al final como algo necesario, el mesianismo es una falacia del demagogo que hará triunfar su interés personal porque ni existe el paraíso, ni Ítaca…

Miro la estantería y veo a Platón, a Gramsci, a Marx, a Neruda, a Lorca, a Youcenar, a Judd… Perdonadme pero hay momentos en que pienso ¿para qué? Pesismismo de la razón, de la que los mencionados y muchos más escribieron en busca de que todo tiempo futuro fuera mejor para el ser humano, para que creciera y se desarrollara en un mundo ya de por sí tremendamente hostil y, sin embargo, ahí estamos, haciéndolo lo peor que sabemos, rodeados de majaderos que no saben lo que dicen… o sí lo saben pero piensan que el mundo está lleno de idiotas que aceptan como borregos la verdad revelada, el retorno del mito y el arrinconamiento del logos. ¿Y la voluntad?… Hoy por hoy la mía comparte lo que me dicta la razón. Lo siento

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