Mi admirado Humbert Eco ha levantado una polvareda esta semana diciendo lo siguiente:
«Las redes sociales han generado una invasión de imbéciles que le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios«. Y «El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad«.
Los «peros» del italiano a internet no son nuevos pero nunca con tanta virulencia. La misma con la que ha sido contestado con llamamientos a la democratización del conocimiento, la libertad de expresión, la posibilidad de llegar a la gente sin pasar por multinacionales de la información, el uso que los movimientos emergentes hacen de las redes, etc…
Ponerle puertas al campo no es de recibo, la cosa está como está y no hay quien la pare. Lo que comenzó siendo un intercambio de mails entre profesionales de la ingeniería para después pasar a otros ámbitos por su clara utilidad ha desembocado en foros, chats y demás historias. Lo de que todo el mundo tiene acceso es evidente y, por lo tanto su carácter democrático. Ahora bien, romperé una lanza por Humberto Eco. Sólo hay que ir a los chats de noticias, por cada comentario serio del contenido aparecen una multitud de barbaridades que van desde la descalificación al insulto más descarnado. Personas anónimas que sin ningún pudor se vituperan en una conversación escrita y que elevan la mayor barbaridad a verdad más absoluta. Personalmente hace tiempo que deje de hacer comentarios en las webs de diarios ya que inmediatamente era asaltado por un grupo de trolls (porque esta gente nunca tiene un nombre reconocible) que sin conocerme de nada ni tratar de contestar intentaban enzarzarse en una reyerta que nunca acepté porque cómo decía alguien si te pones a discutir con un idiota siempre perderás porque él es un profesional del tema. Lo que si es de agradecer es que gracias al twitter nos damos cuenta de la calaña de algunos y algunas que de otra manera pasarían desapercibidos pero siempre podrá decirse si uno ha de ser etenamente esclavo de un momento y no trato de justificar a nadie. Lo que está claro es que el que dice la mayor barbaridad parece, como dice Eco, el portador de la verdad y en un momento en que todo parece girar alrededor de mensajes que tratan de dirigir a la sociedad la modélica utilización, para algunos, que hacen los nuevos movimientos e las redes no me parece tal. No deja de ser una nueva manipulación en 140 caracteres o una parrafada en facebook. Lo siento pero me tendrán que demostrar esa capacidad de comunicación, un mensaje tiene muchos matices y lo que se envía son consignas de brocha gorda que siempre tiene letra pequeña pero que no cabe. Si la multinacional de la información manipula, el movimiento que usa redes sociales también. En los años 30 tuvimos grandes ejemplos de manipulación de masas, el medio puede ser inocente, el mensaje no.
No quiero sonar a antiguo pero entiendo al doctor Eco cuando afirma lo que dice por el intrusismo de miles de personas anónimas que desde el sofá dicen cosas que nunca dirían a la cara y que en este momento en que vivimos la gran mayoría es «el conmigo o contra mí» «los tuyos y los míos»incluso resucitando viejos fantasmas que algunos creían olvidados: la vieja intolerancia ha encontrado una nueva forma de expresarse. La desgracia mayor es que dan idea del nivel cultural de nuestras sociedades, eso es lo preocupante. Dar voz a todo esto no deja de influir en una parte débil y acrítica de la sociedad como si fuera una enorme asamblea en la que se impone el que más chilla. De nuevo la discusión de hasta donde llega la libertad de expresión.
Las redes tienen muchas cosas positivas pero deben se utilizadas de forma crítica y no todo vale, decía Marx que dejar el error sin refutación equivale a la inmoralidad intelectual y Kant nos decía «Hasta qué punto y con que corrección pensaríamos si no pensáramos, por decirlo así, en comunidad con otros a los que comunicar nosotros nuestros pensamientos y ellos los suyos a nosotros?» El saber está en el diálogo constructivo y las redes han abierto la posibilidad de abrir muchos diálogos, desgraciadamente hay quien lo sigue entendiendo como la imposición del viejo dogma, la imposición de la verdad sin discusión. Antes de hablar escuchar para aprender, para educarse y poder educar, pero esto no deja ser un viejo lema de la ilustración.// //