Ética y política

Tras escuchar la comparecencia del presidente del gobierno sobre el asunto de Bárcenas estaba decidido a escribir algo, pero no se trata de redundar en las  mentiras, errores de comunicación o en los “fin de la cita” con la que nos ha regalado y que parecía una anáfora recurrente, muy mal traída por cierto, y que dicen las malas lenguas estaba entre paréntesis en el discurso que leía y así lo hizo, lo leyó todo.

Pero como los comentarios son muchos dando vueltas a lo mismo voy a tratar de ser original y comentar algo que revoloteaba el discurso y que luego los portavoces y voceros del partido popular repitieron como un mantra. Me refiero a la idea de que hacerse eco del asunto, obligar a esta comparecencia y pedir la dimisión del presidente es hacer entrar en crisis al país en un momento en que, según ellos, se está saliendo de la recesión.

Recuerdo una película francesa que vi hace mucho tiempo se llamaba “El presidente” y estaba protagonizada por Jean Gabin que encarnaba a un ex presidente de Francia. Un día escucha que hay una crisis de gobierno y que su antiguo rival político es el principal candidato pero él conoce algo turbio de su pasado.  Durante la película rememora su etapa de gobierno pero recuerdo perfectamente la última escena en la que va a verle el candidato para que le avale. La conversación no la recuerdo exactamente pero ante la pregunta de si cree que es el político que puede sacar a Francia de la crisis, el viejo ex presidente le dice que sí, pero cuando le dice que le respalde le dice que no. Había faltado a la ética política, el fin no justificaba los medios.

Oyendo a los portavoces del PP era todo lo contrario, según su lógica, hay que relativizarlo todo para dejar trabajar al gobierno y, vuelvo a decir, según ellos, salir de la crisis y reducir el paro.

Haré dos consideraciones, una filosófica y recomiendo la lectura de “Más allá del bien y del ma” de Nietzsche, y una ética, y no son excluyentes, por supuesto. La primera, dejaros de tonterías queréis tapar el escándalo como sea y aparentáis estar sirviendo a interese que van más allá del deber, buenismo absurdo. La segunda, desde la ética política existen las líneas rojas y cuando la izquierda las sobrepasa ya no es reconocible, pero esto es objeto de otro artículo ya que estamos hablando de la derecha y mezclarla con ética es difícil. Pero aquí tenemos un claro ejemplo, piden que miremos para otro lado. No todo vale porque si es así la ética muere y la política deja de ser política, algo que sospecho que la derecha de este país trabaja diariamente, y, por supuesto, suceden cosas como las que han tratado de explicarnos con anáforas y citas.

 

 

 

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