El expresident Puigdemont ha llamado «malparit» (malnacido) a Miquel Iceta, lider de los y las socialistas catalanes, en su última obra que lleva por rimbombante título «La lluita a l’exili» (La lucha en el exilio) continuación de esa otra titulada «M’explico» que vendría a trducirse por «Me explico» aunque también podía haberse llamado «Com penso» pero claro igual traducido se daba a cierta ambigüedad escuchada que no escrita «Cómo pienso». El título ya se las trae porque esto lo podría haber escrito De Gaulle, esperando Normandía, Lenin tratando de llegar a la estación Finlandia de San Petersburgo o todos aquello que salieron de España y no volvieron más. Yo, ,personalmente creo que un poco más de humildad no le vendría mal porque no es ni el general francés, ni el lider ruso, ni Manuel Azaña y tampoco Companys. Es otra cosa. Y vamos con el «malparit»
Preguntado en RAC 1 sobre la cuestión, responde que se trata de un epigrama, esa composición breve, ingeniosa y satírica con la que nadie, según el «ex» debe sentirse ofendido y menos el susodicho. Y es que Puigdemont quiere engrosar la lista de los Cátulo, Marcial, y no te digo ya Lope de Vega o Quevedo… O mejor, estos dos últimos no porque son parte de la cultura franquista heredada que hasta del nombre de las calles hay que desterrar. En fin, gente de tal ingenio y soltura que todo el mundo debe admirar su erudición y entender lo que dice. Es más Puigdemont responde que «malparit» en Cataluña lo entiende todo el mundo como algo burlón, sin malicia, incluso cariñoso… No dudo que alguien lo pueda entender así, pero resulta que hay un montón de sus seguidores que no parece saberlo. Me he entretenido en mirar ese mundo ya casi de bajos fondos que son los comentarios de Twitter y la retahíla de insultos a partir de la justificación del «malparit», con hashtag y todo, no es precisamente de entender la palabra como dice Puigdemont. La conclusión es obvia, el Molt honorable» (sus seguidores aún le llaman así) según sus afines por fin ha insultado a Iceta así que a por él.
De todas maneras he ido a algunos actos en los que me han llamado «malparit», a partir de ahora les pediré el móvil y les invitaré a cenar por el cariño demostrado
Esto me lleva a pensar algunas cosas. Primero igual se cree de verdad que todos los catalanes piensan cómo él. Segundo ese tonillo de hacerlo todo bien, de ser que anda sobre las aguas, de que hay que entender sus gracietas porque son sin maldad y fruto de su intelecto, aquello de «sostenella y no enmedalla», porque él quiere a Iceta y lo que hagan sus seguidores con él es cosa de ellos. Ese tono de superioridad es históricamente irritante y digo históricamente porque personajes así que nunca se equivocan y pisan firme ha habido unos cuantos. A esos que Sócrates puso un nombre, lo escribo en griego que queda más serio, «To idiotes» y lo dijo cuando le explicaron que había gente que sólo veía lo que tenía delante de sus narices y todo el mundo tenía que ver lo que él, es decir. pensar cómo él, hablar cómo él y sobre todo, hacer lo que dice que para eso sabe de todo, incluso escribir epigramas. Y por, supuesto, sin ser consciente de las consecuencias de sus palabras y actos. Porque si lo es no estamos hablando de «To idiotes», es otra cosa…
Ya lo dijo Tarradellas, en política se puede hacer de todo menos el rídiculo. Diré más, en política hay adversarios a los que hay que dirigirse con educación, y eso no significa no ser duro y exigente, es decir, una línea que no se debe sobrepasar porque cuando eso sucede y se hace una gracia, el que la dice tiene una intención pero el fanático lo entiende de otra manera y cuando se prende la mecha… Recuerdo una película de hace unos años que me gustó mucho «Arde Mississippi» era sobre segregación racial… Y ojo que no van por ahí los tiros. La protagonista una sureña casada con un poli corrupto del clan dice algo así como «Desde pequeños nos enseñan a odiar por que la Biblia justifica el racismo, está en el Éxodo» Una cita bíblica que se puede entender de mil maneras en manos de según quien tiene sus consecuencias.
El ex president por serlo tiene una responsabilidad, es alguien para muchos y lo que dice se interpreta pero lo que parece olvidar es que Miquel Iceta es el líder del PSC, un partido con cuarenta años de historia que se extiende hasta los casi ciento cincuenta del socialismo en España. Un partido que nació en la clandestinidad, que se organizó contra corriente, que llegó a poner en marcha las mayores reformas de la historia de España en los años 30, que perdió la guerra, que aguantó cuarenta años de exilio, eso es un exilio, que volvió y que ha gobernado este país. Un partido al que vota mucha gente y al que supongo que la interpretación del término «malparit» del señor Puigdemont, igual que sus acólitos, no lo han entendido en positivo. Por cierto, echando un vistazo al mapa de Europa el partido socialista más potente en este momento y no cambiando de nombre cada hora a ver si me transformo en no se sabe que y fagotizando a todos los que no me siguen como el vicario, lo dice él, que está en la Generalitat haciendo uso de la institución.
Pues bien, señor Puigdemont, para terminar, un día cuando salió la lista de traidores al procés yo me pedí estar en ella. Ahora yo también me reivindico un malparit.
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