¿Se puede calificar de fascista a alguien sin más? Seguro que no, pero se hace. Relataré una anécdota personal. Fue durante el periodo álgido del llamado «procés». Regresaba en coche a casa y paré en un semáforo. Era la hora de una cacerolada y un grupo de chavales animaba en la calle a secundarla. Un chico de unos quince o dieciseis años se acercó a la ventanilla y me dijo que tocara el claxon. Le dije que no e inmediatamente me espetó que era un fascista. En ese momento cambió a verde y me fui sin decir palabra. Calificar a alguien así implica dos cosas, conocimiento del sujeto y del objeto. No le había visto nunca y si me conociera creo que sería lo último que se le ocurriría llamarme y sobre el conocimiento del término creo que era nulo más allá de una consigna conocida y que me hizo recordar aquello que decía el gran Dantón que después del pan la mayor necesidad es la educación.
¿En qué consiste el fascismo? Este artículo viene ilustrado con la descripción que el maestro Humberto Eco hizo del fascismo en una conferencia. Y no seré yo el que desdiga al gran pensador italiano. Así que podríamos hacer un recorrido histórico pero supongo que es más interesante referirnos al fenómeno actual y preguntarnos si esas organizaciones que han entrado en los parlamentos del mundo, como el español. En resumidas cuentas ¿Vox es fascista? Fijémonos en las doce viñetas de Eco y convendremos en que no hay ninguna que no cumpla, blanco y en botella. Pero esto es fácil y alarmante pero lo es mucho más que después de la experiencia vivida hay un grupo importante de personas que se vean representadas por ellos o lo que es lo mismo, una organización que rechaza lo más esencial del ser y la convivencia humanas. Y aún puede ser mayor el hecho de que la gran organización de derechas de este país, por mimetismo, convicción o vaya usted a saber, comience a recorrer las casillas de Eco.
En España sabemos de lo que hablamos, tenemos experiencia sobrada, incluso blanqueando grupos nacionalistas que flirtean con algunas de esas viñetas y que califican al otro de fascista como aquel muchacho que decidió que si hacía lo que pedía, si no aceptaba acríticamente su autoridad, si no era de los suyos, era porque seguro era un fascista, curiosa paradoja intelectual.
Acabaré con Historia y cultura, Joaquín Costa ya nos hizo una descripción atroz del país, oligarquía y caciquismo. Y en esa película y novela ejemplar de Miguel Delibes llevada al cine por Mario Camus, la inolvidable Régula (Terele Pávez) dice aquello de que con un poquito de conocimiento sus hijos saldrían de la miseria… Pues eso, por favor, un poquito de conocimiento.