«La guerra civil fue y es todavía una guerra contra Cataluña» palabras del eurodiputado de CDC, o como el partido se llame ahora, Ramón Tremosa, doctor en economía y profesor de la UB. Por su formación se le debe presuponer unos ciertos conocimientos, no diré ya sobre cuestiones muy lejanas, que igual sí domina, como lo del ager publicus en tiempo de los Graco, o el papel de la Hansa en la transición del feudalismo al capitalismo o el conflicto del imperio británico en la provincia de Natal. Pero la Guerra Civil española…. y repito, española.
El comentario se puede deber a dos razones aunque puedo añadir una tercera, que sea muy inocente, se lo hayan dicho y sin ningún tipo de actitud crítica, cosa que dudo en un doctorado, la repita. Las otras dos ya no son tan suaves porque o bien estamos ante un acto de taruguez supina, es decir ante una persona de rudo entendimiento, cosa que vuelvo a decir tiene curriculum de estudiado, que significa que no ha entendido nada de lo que fue la Guerra Civil española y, por lo tanto, las tres imágenes que ilustran este comentario sirven para poco para explicarle lo que fue la contienda de 1936 al 39. Y queda la tercera, mentir descaradamente en un ejercicio de revisionismo seudocientífico de esos que retuercen los datos, usan citas falseadas y eliminan todo lo que no justifique su idea, que en el caso de la Guerra Civil es cargársela entera y escribir estupideces. ¿Intención? política pero añadiré, estúpidamente política, que deja al comentarista a los pies de los caballos de la ciencia pero como le jalean sus hooligans le es suficiente. Además, ¿que tendrá que ver el rigor histórico con el amor patrio? Si tiene el objetivo último de llegar a la Arcadia feliz que será una Cataluña independiente que lo diga y ya está y no se invente lo del malvado estado envidioso de este oasis de paz y alegría donde la bondad anida en los árboles. Le daré unos datos al señor Tremosa y todos los que le secundan y comparten, que desgraciadamente no son pocos, pero sí muy locuaces. Me limitaré a citar nombres y que busque que sucedió en esos años: Badajoz, Mérida, Santander, Irún, Madrid, Brunete, el Jarama, Guadalajara, Teruel, Belchite, Toledo, Guernica… Se me ocurren muchos más que son todos y cada uno de los lugares del estado español porque en todos y cada uno pasó algo. Y también en Cataluña, faltaría más. Es un insulto a tanto muerto, a tanto exiliado, a tantos y tantos que estuvieron en aquella contienda para que alguien que tiene resonancia diga semejante majadería. Y lo más asqueroso es que lo haga por un objetivo político y un intento de propaganda victimizadora que saben cala en algunos que les importa tres pitos hacer lo que sea con tal de conseguir sus intereses. El señor conseller de economía lo dejó muy claro en el debate con Josep Borrell en 8TV, da igual haber dado datos falsos si consigo lo que quiero. Y esa es la cuestión, no que uno sea lo que quiere ser sino lo que utiliza para convencer a otros de que lo sean también.
Y, por último. Por qué no dejan a la Historia y los que nos dedicamos a ella en paz. Ya hablé de ello en este bloc cuando Ada Colau, Quichi, alcalde de Cádiz, Rufián (un hallazgo) hacen comentarios sobre ella con un aparente conocimiento absoluto de la situación diciendo cosas que avergüenzan a cualquiera con un mínimo de sensatez y conocimiento. La historia sirve para analizar el cómo hemos llegado hasta aquí, mirar el presente y plantear un futuro distinto basado en la ética, la libertad y la igualdad de oportunidades. Con semejantes comentarios y próceres alguien me quiere decir ¿qué ética? ¿qué libertad si hay una versión unidireccional de las cosas? e ¿igualdad para quién? supongo que para los que aceptan estas cosas.
Ética, libertad e igualdad, tres de los valores por los que tantos y tantas lucharon en la Guerra Civil ESPAÑOLA.